sábado, 6 de noviembre de 2010

El Stop and Go y la Inflación

Una nueva edición de este pasquín irregular nos trae hoy nuevamente un tema ya tratado un poco en otros posts: acá y acá. Sin embargo, hoy se lo aborda en una de sus consecuencias más importantes, probablemente la que lo convierta en un tema tan central de la economía en América Latina en general, y en Argentina en particular. Sí, señores: El Stop and Go y la Inflación.

¿Qué es y por qué es tan importante entender el Stop and Go?
Empecemos por repetir brevemente qué es este fenómeno. Básicamente, se trata de una insuficiencia de divisas que le provoca a un país una crisis en su balanza de pagos. No se tienen suficientes dólares para hacer frente a todos los pagos en moneda extranjera que se tengan que hacer. Entonces uno se ve obligado a devaluar, para que la moneda propia valga menos, o sea la cantidad de dólares que tenemos valga más... ergo: uno pueda pagar lo que tenía que pagar.

En nuestra historia estuvimos marcados por este tipo de crisis desde la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI, que arrancó más o menos en los ´30), hasta los inicios de la última dictadura. Pero hay un período que es muy curioso: el de Frondizi, ´58-´62.
Haciendo un poco de historia, Frondizi promovió muchísimo la industria automovilística y la extracción de petróleo. Esas fueron las dos actividades económicas por excelencia. La idea era que nos ahorráramos mucha mucha plata en divisas (VEINTE % del total de las importaciones) que compraban petróleo, firmando ahora contratos con la Standard Oil y demás cerdos capitalistas (y "Petróleo y Política" dónde lo metemos, Arturo?) para obtener el oro negro de nuestro propio suelo. Con esos dólares íbamos a financiar los bienes de capital e intermedios (insumos) para el desarrollo de la industria de automóviles.

Los contratos petroleros fueron en realidad un exitazo, más allá de la oposición política lógica, que el mismo Frondizi seguro habría llevado a cabo de ser otro el que estuviera en el gobierno. ¿El tema cuál era? Que nunca se podía financiar con la cantidad de dólares que teníamos una industria tan intensivamente importadora como la automovilística. En economía, eso se llama una industria de elasticidad de importación-producto mayor a 1 [para el que le interese (?)]. Esto es, cuanto más se desarrollaba la industria, más necesitaba importar. O que las importaciones crecían más que proporcionalmente que el producto. ¿Se nota la esencia cíclica "stop and go" de este fenómeno, de chocarse contra la pared cuanto más creciéramos?

Acá viene la semilla de todo el kilombo entero. La palabrita cursiva es justamente la clave. Lo que se necesitaba era política anticíclica, que desde el mismo inicio de la economía equivale a decir: inversión.

¿Inversión en qué? Bueno, esto era lo importante. Como sabemos, hoy en día muy buena parte del crecimiento económico del país en los últimos 7 años fue palanqueado por el agro y los buenos términos de intercambio que se le presentaron. Para seguir con la historia de Arturito, en aquellas épocas no tenían tanta suerte. La única entrada de divisas importantes al país eran las exportaciones de bienes agrícolas. Pero justamente el desarrollismo (Frondizi) como corriente se caracterizaba por una visión bastante pesimista (y en aquel entonces fundada) acerca de las posibilidades internacionales que se le pudieran presentar a un país en tanto proyecto de crecimiento. Entonces, ¿por qué cazzo no promovían a su vez inversión en el agro para que creara cada vez más divisas (como, mal que mal, intentó Perón desde el INTA)? O, si no tenían fe ni siquiera en que la productividad pudiera saltear el problema de los términos de intercambio, ¿por qué no generaban alguna otra fuente de divisas? Y como sinceramente no se me ocurre alguna otra, la pregunta de fondo en definitiva es cómo mierda pensaban sostener un proyecto así, cómo tipos de baleros tan grande lo creían viable. Esa es una duda existencial acerca del desarrollismo en Argentina que todavía no pude evacuar.

Si se quiere, a modo anecdótico y después de todo lo dicho, parece que Pinedo 20 años antes no había estado tan errado. Federico proponía distinguir industrias "naturales" y "artificiales". Las primeras eran aquellas cuya materia prima tuviéramos en el país. Por ejemplo, zapatos, con cuero nacional. Él sabía que las artificiales eran inevitables, pero quería promover las naturales. Lástima que no muchos lo escucharon en su momento; y bastante loco que ese tipo de promoción de industrias le daba solución a un problema que todavía no existía cuando Pinedo lo propuso, como este tipo de crisis de balanza de pagos.

Llegamos así a la cuestión que abordó Olivera en sus conferencias en el ´61 ("Inflación y estructura económica") y en el ´65 ("Monetarismo vs. Estructuralismo") y que trató también Diamand en el ´72, en el op. cit. (!!!) "Estructura productiva desequilibrada argentina y el tipo de cambio".
Olivera explica muy claro cómo el tipo de inflación que se genera por la estructura productiva de un país no es remediable con las recetas clásicas de restricción monetaria. Vamos por partes.
Hay dos corrientes que tienen explicaciones antagónicas acerca de la inflación. Resumidamente, la monetarista dice que la inflación se da porque un país crece más rápido de lo que "su economía" le permite. Una explicación monetarista diría que hoy en Argentina hay inflación porque crecemos al 10%, por arriba de lo que se llama "la tendencia", o sea lo permitido por nuestra economía sin que la cantidad de plata en circulación para satisfacer todas las transacciones de la economía genere inflación. La solución sería lo que se dice "enfriar la economía", o como dice Frenkel, "controlar la demanda", disminuyendo el ritmo (la tasa) de crecimiento.

La visión estructuralista dice que el consumo de bienes primarios (asimilable a "el crecimiento de la población") crece más rápido que la producción de esos bienes (ThomasMalthus.com). Esa es una causa de un aumento de precios de bienes agrícolas. Otra puede ser una devaluación, de las tantas que hemos tenido. Aumenta el precio de bienes primarios en el exterior, por lo tanto también aumenta por arrastre dentro del país. Entonces... como aumenta esa "canasta familiar" por alguna de esas dos razones (o las dos), aumenta el costo de vida. Al aumentar el costo de vida los empleados piden aumentos de sueldos. Ahora las empresas (mayormente industriales o servicios) tienen en general más costos porque tienen que pagarle más a los trabajadores, así que aumentan los precios de sus productos. Pero al aumentar los precios de estos productos industriales, los precios RELATIVOS de los productos agrícolas vuelven a bajar. O sea, vuelven a estar baratos con respecto a los productos industriales, entonces si no se quiere que eso provoque una caída en el volumen de esta producción exportable, hay que restablecer los antiguos precios relativos. Esto quiere decir que vueeeelven a aumentar productos agrícolas, y así recomienza el ciclo.

En definitiva, para esta segunda corriente, como se ve, todo el problema viene porque no se pueden ajustar los precios relativos, en constante desequilibrio. Hay "cuellos de botella" de la producción agrícola, o "estrangulamientos", similares (o análogos) a los de la balanza de pagos en el Stop and Go. En otras palabras, todo se solucionaría con cada vez más producción de bienes primarios, sólo alcanzable con inversión en el agro. Voilá, siempre se vuelve al primer amor.

Para ir cerrando, podemos comentar que Olivera concluye en realidad que en Argentina se dieron conjuntamente los dos tipos de inflación, pero que cuando se entraba en recesión, donde no debería haber inflación monetaria, no la había; pero sí seguían latentes las causas de la inflación estructuralista, por lo cual se tenía recesión con inflación. Esto es en realidad bastante lógico, considerando que las dos teorías coinciden en los hechos que generan inflación y se contraponen sólo en términos del sentido de la relación causal: que la inflación provoca la estructura productiva desequilibrada (monetarismo) o viceversa (estructuralismo). ¿Vieron que yo no desperdicio negritas? (see above). Son visiones antagónicas, pero no excluyentes.

Por último, las trigger questions: hoy en día en Argentina, ¿qué carajo está pasando? ¿Y qué va a pasar? La inflación que hay, además de precios y salarios, ¿es por estructura productiva? ¿Por crecer por encima de la tendencia? Y más interesante todavía, ¿la asistencia social junto con los pocos ingresos genuinos del quintal (20%) más bajo de la población llega a contrarrestar la inflación acumulada desde, pongámosle, 2003? En otras palabras, es saber si las clases más bajas son hoy más pobres o más ricas en términos reales que en 2003. Bah, o en una de esas, la inflación a ellos ni les afecta, comparándolos con las clases más altas. Si Boudou lo dice...

Hasta acá llegamos hoy. Largo y tendido, así que muchas gracias por leer. Será hasta la próxima.

martes, 26 de octubre de 2010

El FMI - Parte 3

¡¡Revivió!! Vuelve hoy la saga que nos cuenta las desventuras de la Argentina a la hora de endeudarse en el exterior. El post del día es una parte 3 de otros dos (claro) que hablan un poco de la deuda externa, sus orígenes, protagonistas y algo de los mecanismos. Hoy contamos un poco algunas cuestiones accesorias e irregularidades, sacadas del robado de la fecha: "La nueva deuda externa explicada a todos", de Calcagno-Calgano (padre e hijo), edición de Eudeba 2006.

1. El destino de los fondos: la bicicleta financiera

El argumento principal por el que se considera inútil y perjudicial a la deuda es el destino de los fondos. De hecho, si bien la experiencia general de América Latina fue bastante mala en este campo, Brasil por ejemplo aprovechó bastante mejor los caudales de dólares que le entraron por esta vía para armarse industrialmente. Acá de industria ni hablar.
Buena parte del ingreso de dólares por deuda se usó para fugar capitales. Muy buena parte, de hecho. El libro plantea una manera de entender el concepto de "bicicleta financiera" mechado (necesariamente, como lo exige su definición) con el de los autopréstamos que conformaban la deuda.
Hablamos de la "deuda vieja", que los autores presentan desde el ´76 hasta el ´90. Es simple: el país tenía una tasa de interés bastante más alta que la del resto del mundo, por lo riesgosos que éramos. De hecho el componente de nuestra tasa de interés que se determinaba por la "tasa de devaluación esperada" era lo que Martínez de Hoz quería hacer tender a cero. La famosa tablita cambiaria de Martínez de Hoz. En criollo: decir abiertamente cuánto se iba a devaluar, para eliminar esa variable de la ecuación, bajando la tasa de interés. Como es evidente, no lo logró por ir siempre atrás de la inflación.

En ese contexto Argentina exportaba muy poco (pocos dólares entrando por esa vía), pero de alguna manera había que saciar a las fieras sedientas de verdes, conocidas en el saber consuetudinario (!!!) como especuladores. Así que el Estado obligó a las empresas públicas a endeudarse en dólares. Un comentario simple que leí en algún otro momento de nomeacuerdoquién decía que endeudarse en el exterior era tan preciado justamente no tanto por el costo del crédito, sino porque esa plata te la daban en divisas. Con los autopréstamos fue así: no se necesitaba exactamente que entrara plata, sino que la plata que entrara fuera en dólares. ¿Para qué? Bueno, así aprovechaban la tasa de interés de acá, convertían a U$S, lo depositaban en el exterior y con ese depósito como garantía, obtenían nuevos créditos de bancos extranjeros. Esos nuevos créditos los ingresaban al país como deuda externa (privada), aprovechaban la tasa de interés internacional, convertían a dólares... and so on. Con ustedes, la bicicleta financiera.

2. Entender la convertibilidad

La otra etapa de la deuda que plantean los autores es la deuda nueva: la de la década del ´90. La diferencia fundamental es que en la deuda vieja se usaron los fondos básicamente para fugar capitales y para importaciones superpoderosas no declaradas. La deuda nueva, en cambio, era para sostener un modelo entero de crecimiento. La convertibilidad sin deuda no podía vivir.

Esto era así: por el tipo de cambio fijo se volvían más favorables las importaciones, que empezaron a crecer mucho más rápido que las exportaciones y que además tocaban techo en años de alto crecimiento. Se arranca por ese déficit en la balanza comercial. Un flujo de capitales tenía que cubrirlo. Se contrae cada vez más deuda, que empieza a generar comisiones, dividendos o lo que se llama "servicios" de la deuda: básicamente los intereses del capital que pedíamos prestado. ¿Pero qué pasaba? Los intereses que se acumulaban eran tales que no había manera de pagarlos con las pocas exportaciones que teníamos, así que necesitábamos más plata que sólo podía entrar como nueva deuda/inversión extranjera directa... para cancelar intereses de deuda anterior. Ahora teníamos que cerrar dos déficit: el comercial y el de pagos. Obviamente esto tiene el límite de cuánto signifique tu deuda en tu economía, o el coeficiente deuda/PBI. En 2001 fue que ese numerito nos condenó y nos dejaron de prestar.

Vale hacer dos aclaraciones: primero que el discurso oficial era que los capitales extranjeros iban a ayudar a modernizarnos y así dar el salto tecnológico que nos permitiera algún día exportar lo suficiente para bancarnos con nuestras propias divisas. Pero eso nunca podía pasar si la deuda ya tenía destino pensado antes de contraerse y ese era tapar el bache en la balanza comercial y de capital y financiera.
Y segundo, que esa forma de "inversión" que podían tomar los capitales foráneos iban, en realidad y a lo sumo, al sector de servicios que es no transable, que no exporta. No podía funcionar nunca la estrategia oficial. Y Nótese el detallito de ser justamente estos sectores los más protegidos por reservas de mercado bastante turbias que datan desde la dictadura; de ser esos los que más plata evadieron y, los que eran estatales, ser esos los activos más rentables que se privatizaron. Todo tiene que ver con todo.

Para cerrar, una pregunta fundamental: ¿qué tenía de tan perjudicial la convertibilidad en términos de su naturaleza (además de en términos de su funcionamiento, que vimos) respecto de la deuda?

Esto es simple: en un sistema sin convertibilidad si no hay dólares suficientes para satisfacer la demanda, se puede devaluar. Esto si de hecho la flotación sucia (juego de oferta y demanda con intervención del central) no hizo ya que el mismo precio del dólar disuada de comprarlo.
Ahora, con convertibilidad ¿qué pasaba? Los déficits los financiábamos, mientras podíamos, con deuda, porque no podíamos devaluar. Pero cuando por alguna razón se cortaba el chorro (como en la crisis del Tequila) la salida era una recesión bastante dura. En cambio con devaluación permitida la recesión duraba mucho menos y se acomodaban los precios relativos bastante más rápido. El costo y la duración de estos dos tipos de crisis los explica Andrés Tavosnanska, un economista de la UBA, en un texto bastante oportunamente titulado "Del stop and go al go and crush".

Hasta acá llegamos hoy. Para otro momento, si pinta, las irregularidades jurídicas de la deuda. Hasta la próxima!

martes, 19 de octubre de 2010

La Santa Trinidad

Nunca se está seguro de muchas cosas en la economía. En la política a uno no le queda otra que sonar/actuar convencido, así que es más apariencia que convencimiento genuino. Y en la historia.. bueno, la historia en ese sentido yo diría que es la más pura de las 3: es la que más herramientas tiene para justificarse, lo cual parece lo más lógico, siendo la que representa al pasado. Si se quiere, la política podría el presente y la economía el futuro, mal que me pese. Sería "el ámbito donde se pretende que se desasarrolle cada una"... o algo así.

Es muy interesante y se puede hablar 3 días seguidos de cómo se complementa la Santa Trinidad. Que no está bien delimitado qué es economía y qué es política (para el bien de la primera)... que la economía de la historia no aprende.. que la política en la historia evoluciona... en fin. Pero sí vale la observación de ser los políticos más audaces los que más saben/supieron de historia... empezando por Perón y Frondizi, si buscamos figuritas conocidas.

Pero lo que nos convoca hoy es más específicamente una elucubración de pensamientos que me suscitó un párrafo con el que Juan José Llach, sociólogo, economista y padre del prestigioso (también) economista Lucas Llach termina un texto suyo. Más precisamente "El Plan Pinedo de 1940". Y dice...

"Si el fracaso de plan Pinedo puede ser visto como una victoria pírrica de la política sobre la economía -y fue pírrica porque en poco tiempo la victoria se convirtió en derrota para sus opositores-, la incapacidad del peronismo para dar al país una estrategia exitosa de industrialización puede ser considerada como un triunfo de la economía sobre la política, porque no era posible promover desde el Estado, aún con sólidos apoyos sociales, cualquier estrategia de industrialización basada casi exclusivamente en el mercado interno. [...]" (las cursivas son del autor)

Esa reflexión me pareció simplemente genial. Los términos "victoria de tal sobre tal", lejos de lo que puede sugerir gramáticamente, la veo como una excelente manera de mirar cómo se están complementando la política y la economía en tal gobierno, o si se quiere en "tal medida", aunque parece un poco más jugado.
Llach habla con el diario del lunes, es claro, lo cual debería disuadir a susceptibles de ofenderse por sentirlo "un bardeo a Perón", cuando de hecho (esto queda fuera del texto) Perón resuelve el problema (52 -55) y cae por cuestiones bastante distintas.

Resumidamente y al solo efecto de su comprensión: el Plan Pinedo de 1940 era un plan orgánico emanado del Estado diagramado mayormente por Federico Pinedo, bastante más lúcido que su homónimo hoy diputado del PRO. Este tipo veía que el modelo agroexportador no iba más, que volvía a desfavorecernos en el ´37 y que con el estallido de la guerra dos años después, se debían encarar reformas bastante radicales para transformar las actividades productivas internas y la manera de insertarse en el mercado mundial, con la nueva pretendida metrópoli: Estados Unidos.

El plan fracasó prácticamente en su totalidad, pero sólo por el momento, porque la gran mayoría de iniciativas que traía serían después tomadas por Perón como banderas propias. Llach dice que fracasó, entonces, políticamente, por estar proscriptos los radicales y a raíz de eso votar en contra en el Congreso. Una falta de pericia muy burda de los milicos del momento para incluir a los opositores de alguna manera, en algo tan importante como era un plan económico. (según Portantiero los radicales eran en realidad "pastoriles" y por eso votaron como votaron... lo que hoy se dice "retrasar 40 años".. bastante sugestivo, no?).

Como contrapartida, el mercadointernismo peronista que siguió. La economía se terminaba sobreponiendo a la política. ¿Por qué? Llach dice que por más base peronista que tuvieras, no se podía vivir del "boom de demanda" 46 - 49 con una economía crecientemente cerrada, sostenida por reservas que ahora escaseaban. Esto quedó demostrado por el cambio de rumbo a partir de principios de los ´50, hasta la caída. Sin olvidar el precio económico que se pagó.

Finalmente, es una tentación preguntarnos qué es lo que está pasando hoy en día. Si vamos a tener que lamentar una lección económica sobre ciertos puntos, como el tarifazo inminente sobre subsidios gigantes eventualmente insostenibles; o si lo que corresponde es mantener esos subsidios aprovechando que se pueden dar, aumentando el nivel de vida (por el momento por lo menos). O si es eficaz (a mediano plazo) que Moreno imponga precios máximos a punta de pistola. O si sirve crecer al 10%.

Todas cuestiones que mayormente la economía y el tiempo contestarán, pero en donde justamente la que manda es la política. Encontrar ese balance debe ser de lo más difícil, pero como guía debe ser bastante útil. A un economista por lo menos. Bah, mejor dicho a un economista que no quiere que la historia le diga "Yo te lo dije...".

lunes, 6 de septiembre de 2010

La Enfermedad Holandesa Evolutiva (EHE)

Hoy me levanté con la sabiduría de Krugman y la autoconfianza de Friedman. OK, no tengo nada de eso, pero estoy leyendo un libro GROSO-GROSO, al que le toca ser robado en el día de la fecha. "El desarrollo ausente", de Azpiazu y Nochteff, 1994. Y entre tantas genialidades para un perejil como quien escribe, que recién empieza a estudiar economía, me encontré con el asunto de referencia y me dieron ganas de compartirlo.

El libro analiza desde un planteo schumpetero-kaleckiano, para el que eso le aporte algo, el desarrollo (o falta de él, en realidad) de la economía argentina a lo largo de nuestra historia. Sus causas, consecuencias, actores, momentos y toda la bola. Al respecto quiero decir que el post anterior a éste se basaba en algo que este libro dice (casi tan explícitamente como lo dije yo, aunque mucho más conceptualizado y profundo) y que yo no había leído todavía!!! No me sirve de nada mentir, posta, lo había "observado" yo a partir de otro texto de otros dos capos, como Katz y Kosacoff. La situación me deja dos alternativas. Either soy un genio or alguien ya me lo había sugerido y mi memoria me jugó una mala pasada.

La Enfermedad Holandesa Evolutiva (EHE) se asume en el libro como sinónimo de Estructura Productiva Heterogénea (EPH), así como de MDS (Modelo de Dos Sectores). Para contar qué es vamos a decir de dónde nació el nombre.

En la década del ´60 Holanda encuentra grandísimos yacimientos de gas natural y petróleo alrededor del Mar del Norte. ¿A quién no le vienen bien recursos de este tipo? Bueno, la cuestión es que por aprovecharlo, fue tal el nivel sostenido durante un par de años de las exportaciones de estos productos que las divisas que entraron por ese lado terminaron formando un núcleo de reservas que depreciaron muy fuertemente el florín. La industria holandesa era hasta ese momento desarrollada y muy competitiva, pero ahora el tipo de cambio se situaba en la paridad de costos (marginales) de los sectores primarios (PCSP), no ya en la anterior paridad de costos (marginales) de los sectores industriales (PCSI). ¿Qué quiere decir esto? Que el tipo de cambio que garantizaba a la industria holandesa poder importar los insumos necesarios y competir con las importaciones ahora estaba mucho más apreciado; o sea, ahora eran más caras las importaciones de esos insumos necesarios y la industria estaba mucho menos protegida. Un país desarrollado se encontraba ahora exportando bienes primarios, sin valor agregado y con una industria "ineficiente".

El paralelismo con América Latina es muy claro, sólo que acá nada de esto fue sorpresivo; al contrario, todo esto es permanente. Decimos entonces que la EHE consiste en la abrupta diferencia escalonada de productividad de los sectores con más ventajas comparativas de una economía, contra la productividad de los sectores con más desventajas comparativas de la misma economía. De ahí que EPH y MDS se consideren sinónimos. Por si quedan dudas: los sectores en Argentina son, muy esquemáticamente, el de bienes primarios y el de bienes industriales. (los servicios ocupan el lugar particular de bienes no transables, que acá no desarrollo porque no me dan las putas ganas).

Lo delicado de esto es que es, justamente, evolutivo. El caso holandés fue excpecional. Pero en Argentina, donde los monopolios no innovan ni son transitorios (como en economías desarrolladas), sino que se mantienen por políticas gubernamentales que acompañan el comportamiento de la elite económica, que elige cada opción blanda de acomodarse a las oportunidades externas en cada período, que es cómoda, que no innova y se apropia de reservas de mercado que retrasan (en términos de Kalecki) la dinámica de crecimiento y desarrollo... bueno, en ese marco sólo nos queda el subdesarrollo, en el que, encima, si seguimos manteniendo como principal sector exportador proveedor de divisas al sector primario, va a seguir siendo la misma gauchocracia de siempre que se indigna leyendo "Pobre patria mía" la que oficie de árbitro económico y se beneficie de cada crisis, en la que la devaluación parece la única salida posible. El viejo y nunca bien ponderado Stop and go.

Ese vendría a ser un poco el tronco del libro. Eso último, el comportamiento de la elite económica, vendría a ser la causa más importante de no haber dado nunca el salto de ser una Economía de Adaptación Tardía a una Economía de Imitación Creativa, o mejor aún, una Economía de Desarrollo (en los términos de los autores). Y las retenciones a la exportación, UNA de las patas de la solución al problema, junto con subsidios explícitos a las exportaciones industriales y otras varias más.

Lo loco de esto es que Diamand (que, para que me entiendan mis amigos socialíticos, es a la economía argentina lo que Víctor Hugo es al periodismo), junto con Braun, haya descrito ya una forma de EHE sin ese nombre en el ´72 que los eruditos de los países centrales ni se gastaron en leer (y que mucho más tarde analizaron y bautizaron la EHE).
En realidad, el caso que le da el nombre al fenómeno, dicen los autores, podría ser considerado una variante de la "Enfermedad Latinoamericana", o "Enfermedad del Subdesarrollo".

Hasta acá llega la nota económica del día. Gracias por leer y que tengan buena vida.

martes, 24 de agosto de 2010

El patio del mundo

¿El granero o el taller? He ahí la cuestión.

Corrían años centenarios cuando en Argentina las actividades económicas por excelencia eran la ganadería y la agricultura. Bah, casi excluyentes. Por esos tiempos se acuñó la frase "El granero del mundo". Ni originalidad teníamos. Inglaterra ya se había autoproclamado "El taller del mundo", una vez sentidas las consecuencias de la revolución industrial, varios años antes. Esto no es menor, desde ya. Se podrá alegar el esquema de dominación del siglo XIX (todavía vigente) de David Ricardo y todo lo que quieran. Pero el presente post es sobre algo distinto.

A un estudiante de economía no puede menos que sorprenderle lo cíclico de ciertos fenómenos. Pero cuando ese "fenómeno" es nada menos que el comportamiento de la clase política de un país... epa, ya es otra cosa. Algunos dicen que la historia se repite. Otros dicen que la historia continúa. Yo no sé, el día que viva una historia completa y vea cómo empieza la siguiente les diré.

Pero por el momento, quiero destacar cómo históricamente en Argentina se fueron acomodando los nichos de valorización del capital y, si se quiere, la economía entera, sus actividades y recursos, a lo que intereses extranjeros querían que ocurriera.

No deja de sorprenderme. ¿Ingenuo? ¿Chocolate por la noticia? No sé. Soy conciente, como escribí en otros posts, que para que esto pasara tenía que haber, por lo menos, una clase dirigente/poseedora-del-capital-económico local lo suficientemente predispuesta a dejar que pasara (y, como sabemos, también ayudar a que pase). Pero ese no es el énfasis acá. No emano hoy ningún juicio de valor contra personas. No voluntariamente, por lo menos. La intención es mostrar, al menos en apariencia, nuestra evolución, caídas y características de cada modelo de acumulación para poder preguntarnos qué viene. Qué nos espera. Esa es la intención.

Modelo agroexportador: Tratado D´Abernon, 1929. Tratado de Roca-Runciman, 1933. Control de cambios y medidas para-arancelarias. Todas políticas para salvar el modelo en clara caída, a favor de la metrópoli del modelo: Inglaterra.

Modelo industrial: época de Frondizi, fines de los ´50, principios de los ´60. Esta vez con la otra metrópoli, la de este modelo de acumulación: Estados Unidos. Para ilustrarlo bien breve, palabras del presi de General Motors, Donner: "Para GM, así como para varios otros fabricantes de vehículos, la alternativa era producir en Argentina o retirarse del mercado". Muestra de la búsqueda de rentas oligopólicas que ofrecía Argentina en la plaza de producción que eligiera el gobierno.

Modelo financiero: qué decir de este modelo, tan contundente como la bandera de los negociados con los países subdesarrollados? El origen de la deuda externa (como problema incontrolable), también en palabras del mismo Martínez de Hoz, tuvo este mismo carácter. Esto está explicado en el post de un blog muy bueno, didáctico y de requete-chupete.

Bien conciso y sin desarrollar (porque no es la idea y se me van a dormir todos), es claro cómo se moldeaba nuestra "actividad económica" de acuerdo a lo que las potencias querían. No es ninguna primicia, pero lo que sí es revelador es cómo esas medidas eran síntoma (caso 1) o causa (caso 3) de la caída del modelo. El caso de las industrias del desarrollismo no me animo a decir que fue perjudicial a largo plazo, pero sí que representó el tronco económico por el cual ese gobierno no se sostuvo.

Dicho esto, ¿qué cabe pensar hoy en día? No me animaría a decir en qué modelo (por lo menos tan puro como se los esquematizó) estamos en este mundo globalizado. No hasta que lea a algún groso decirlo, por lo menos, como copié todo lo que escribí hasta ahora.

Pero.. sí se lo puede encarar desde el lado de América Latina. Hasta ahora me referí exclusivamente a Argentina, cual titular vendepatria de Clarín que resalta a Brasil y denosta a Argentina. Pero lo más probable es que a nivel continental (excluyamos a los bananeros centroamericanos) se esté dando un proceso de cortar lazos de dependencia económica. Esto no es joda, es histórico y es para aprovechar la oportunidad. Y es una oportunidad porque, por lo menos a nivel nacional, si se compara la estructura económica de hoy en día con la de cada uno de los momentos citados, o hasta yo diría con prácticamente cualquier momento en nuestra historia excluyendo el primer peronismo... nunca fuimos tan independientes. ¿Mérito? ¿Contexto? ¿Un poco de los dos? El eterno debate peronista...

Gracias UBA y gracias por leer.

martes, 13 de julio de 2010

El mal menor

Ufff, discusión si las hay. Estatización de las AFJP, ley de medios, AUH son medidas que cualquier "progre" que se digne de tal no dejaría de estimar. Ahora: el mal menor... ¿existe o no existe? En este sentido creo que es comparable con las dicotomías: democracia sindical-poder de negociación; trabajo en negro-......trabajo (?) y alguna otra que se me escape por ahí. Cuestiones todas que mi capacidad de análisis, cual martillo neumático, ya se encargará de desempolvar... si le dan los huevos.

El meollo del asunto fue mencionado ya por arriba en este post, y llegó a mí por medio de la Revista Barcelona. Se trata de decidir si existe el llamado "mal menor": la opción política que no nos satisface 100%, pero realpolitik-mente, es la que más se salva.

Hoy en día la línea editorial de la revista cataloga así al gobierno de Cristina Fernández y varios lectores concuerdan. Incluyéndome.

Y ahí empieza el debate. Yo mismo, en algún post que no vale la pena buscar, declaré estar en contra del "voto útil": decidir no votar a TAL por saber que no tiene posibilidades de ganar. OK, quiero aclarar que esto es distinto. Esto es realmente, y siempre en el plano de la calidad, creer que tal es menos malo que otro. Pero la clave está ahí. En recordar que es menos malo. Que si bien es una manera pseudo-cínica de decir mejor, no deja de ser eso. Malo. Mala la idea, mala la construcción, lo que se quiera pero no mala la opción. Es, justamente eso, la mejor opción.

Lo relevante de este asuntico es, como siempre, sus efectos. Alguien que se niegue a aceptar la teoría del mal menor podría, por ejemplo, terminar como Pino. Al margen de la lectura alternativa de que ProyectoSur bardea al gobierno por izquierda porque le es más rentable que bardear a la derecha (muy factible también); si suponemos que tratamos con conciencias limpias, pudimos ver a Pino sentado muy cómodo con Grondona, por ejemplo.. (para orgasmo de Barone) haciéndole el juego a la derecha.
¿Qué pasa con eso? ¿Pino cree de verdad que es lo mismo Kirchner que Menem? ¿Que es lo mismo que De La Rúa? ¿Alguien de verdad cree eso? Esas son posibles consecuencias de no aceptar la teoría del mal menor.

No aceptarla, además, puede tomar la forma del "nada más burgués que la revolución socialista nos viene bien". Paremos un poco. ¿Alguna vez nos preguntamos hasta dónde toleraría la sociedad? ¿Nuestra sociedad, que desabasteció cuando le capturaron parte de la renta extraordinaria? Porque, no nos confundamos, la sociedad somos todos eh. Los fachos, los progre, estancieros, laburantes, oficinistas, cartoneros, clase media. Todos.
¿Cuán progre somos? Esa es una pregunta clave. Obviamente incontestable cuantitativamente, pero que sirve para estos casos, para recordar que por ahí por algo se empieza. Después hay que seguir.

Aún considerando que es imposible satisfacer a todos, el punto acá no es ese, sino ver qué es lo viable políticamente, no lo que me guste a mí. ¿Qué? Ah, ¿que para eso hay que pensar y estar informado antes de criticar? ¿Cómo, y nosotros no lo hacemos? ¿No? Ah, perdón, me debo haber confundido de opinión pública entonces.

Volviendo, es sano acordarse que existen también los Gioja, los Capitanich, los Scioli, tipos de derecha (bah, a Scioli, lo que le quede de la suya) que el Gobierno tiene de aliados comerciales y políticos incondicionales. Y cuando hablo de comerciales, digo tanto legal como ilegal. O ilegítimo, si se quiere, como las concesiones para la explotación de minas a la Barrick en San Juan [depende de si sale la Ley de Glaciares (y Cristina no la veta) o no].


Y sumando a esto, se tiene que aclarar también que para estar de acuerdo con el abigotado jefe de gabinete en que las medidas que toma el gobierno NACIONAL Y POPULAR son revolucionarias, habría, por lo menos, que tomar de la misma merca que él. Pero, acá hay otra clave, no por no ser lo que el gobierno dice ser, deja de ser el mal menor.

No se tiene que perder de vista lo que sería revolucionario. Se dieron cambios que ningún otro gobierno del 83 para acá estuvo ni cerca de lograr. Medidas democráticas, como la Ley de Medios, medidas progresistas, como la intentona (!!!) de las retenciones y medidas paliativas, como la AUH. Ahora: ¿revolucionarias? Como diría Cabito: "Revolucionario es otra cosa...". Revolucionario es reforma fiscal, es política industrial, (gracias homoec.), es gravar renta financiera, etc. Pero, repito, no por eso, hay que dejar de valorar lo que se está haciendo. Hay que tratar de hacer la escisión: no perder de vista hacia dónde se debería ir; pero también ir paso político por paso político hacia ahí, construyendo el camino que se pueda. Después de todo no olvidemos que todo esto queremos que se dé en el marco del juego político. Estamos todos de acuerdo en que no queremos salir a cortar cabezas, ¿no?

Desde el otro rincón, se puede decir que la teoría es conformista y se nutre de un análisis político estático. Que, por ejemplo, alguien en 1995 se podría haber preguntado cuán anti-menemistas se podría haber sido; y sin embargo el menemismo hoy día tiene la connotación que tiene. Que se analiza la capacidad de maniobra de la opinión propia dentro de límites políticos preestablecidos sobre los que uno no tiene injerencia, lo cual sí sería efectivamente conformista. En criollo, que uno se conforma con lo que hay.

Particularmente, creo que uno se conforma con lo que, por ahora, puede haber, no con lo que "hay". La crisis de representatividad está a la orden del día, y hasta que aparezca algún otro partido político con el cual uno se sienta más representado, creo que lo más racional es juzgar real y "utilitariamente" si se me permite la expresión (para dejarnos de joder un poco con tanto idealismo) al que resulte el mal menor. Producto de MI juicio, por lo menos, surge que el mal menor son unos peronistas de mierda (porque hay de otras especies, aunque Ud. no lo crea), oportunistas e hipócritas sin escrúpulos. Pero son el mal menor. Y por suerte hoy en día gobiernan.

Finalmente, cabe aclarar que en vistas de las elecciones en 2011, tengo esperanzas que surja algún otro partido con cuyos valores uno se pueda identificar y sentirse parte. Pertenecer. Me animo a decir que en concordancia con lo expuesto, Martín Sabbatella y su Nuevo Encuentro habla de un "piso y un techo" construido por los Kirchner. Y que es tan importante agrandar ese techo como proteger ese piso. Para pensar...

Y vos, chabón... ¿de qué lado estás?

domingo, 13 de junio de 2010

Essay on political economy

"La fuerza de los conceptos clásicos, como hemos observado, proviene del servicio que prestan a los intereses creados y a los intereses profesionales cuyo poder creía Keynes inferior al de las ideas. Cuando contemplamos el futuro de la economía, lo primero que debemos destacar es el persistente triunfo de la teoría clásica."

Con este pasaje del anteúltimo capítulo de "Historia de la Economía" (John Kenneth Galbraith) se abre este post. El autor se pregunta cómo es que la teoría clásica sobrevivió tantos años y, aún hoy, sigue renaciendo con renovado prestigio e importantes exponentes, siendo que es VISIBLEMENTE insostenible y claramente inconsistente.

Primero, veamos cómo argumenta Galbraith en contra de esta corriente. Teoría clásica, neoclásica, monetarismo, liberalismo, neoliberalismo. En términos económicos vamos a asumir que son todos sinónimos.

1) Falacia de la composición: citando a Adam Smith, se demuestra cómo se intenta trasladar el carácter prudente de "nunca fabricar en casa lo que le salga más barato comprar [...] y lo que es prudente en una economía doméstica, difícilmente pueda resultar insensato en la de un gran reino". En palabras de Galbraith y refutando a A. Smith, una sabia política pública, con toda su diversidad de necesidades y con toda su complejidad, no tiene por qué coincidir con las reglas que rigen a una familia.
A esto refuerza el autor cuando dice (por el final del libro) que "en la economía moderna la producción es importante, no por los bienes que produce, sino por el empleo y por los ingresos que proporciona", dándole la razón en ese sentido a Keynes. Aunque por ahí el lord se haya ido un poco a la mierda al declarar (según mitos) que "el estado tiene que emplear a un tipo para que haga un pozo... y a otro para que venga atrás y lo tape" (genio de la eficiencia).

2) La inexistencia de una teoría sobre las depresiones: la teoría clásica, por su naturaleza, excluye las causas relevantes por las que se podría provocar una depresión. Ergo: imposible que pretenda explicarlas y obviamente mucho menos subsanarlas. Si la ley de Say dice que nunca se pueden almacenar mercaderías sin vender, ¿por qué habría de producirse una crisis (deflacionaria)?

3) En situación de explicar los resultados en tanto ideas económicas y consecuencias económicas (¿el huevo y la gallina?) de la Gran Depresión, Galbraith muestra que es terminante la baja aceptación que tiene el sistema neoclásico en los países supuestamente exponentes del mismo. Por ejemplo: subsidios, aranceles, etc. "...la historia de la economía en tiempos recientes demuestra bien a las claras que el sistema clásico de mercado ya no se tolera ahí donde se presenta en su forma más pura", refiriéndose a Suiza, Austria, Japón, E.U., UE, etc.

Estos son algunos, o los más claros argumentos "objetivos", si se quiere, que se exponen contra la teoría clásica. Acto seguido: lo más natural sería preguntarse cómo carajo es que sigue teniendo vida y se sigue renovando una corriente que; actualizaciones más, actualizaciones menos, no sale del marco conceptual que la vio nacer y que es precisamente el elemento más atentatorio contra su consistencia. Como la respuesta pareciera bastante cantada, nos preguntamos entonces también qué otros factores ayudan a esta inconsistencia de la corriente. Galbraith, ¿qué tenés para decir?

1) El compromiso de los intelectuales con los dogmas establecidos. Interesante la aparición acá de la palabra "dogma", para denotar (epa!) con la mayor claridad el velo cuasi-religioso que existe sobre esta corriente. En otras palabras, es la simple reticencia al cambio. A reconocer que lo que uno aprendió estaba mal (porque, recordemos, la enseñanza básica generalizada pertenece a la teoría clásica).

2) La pretensión de considerar a la economía una ciencia. Acá me quiero detener, porque es probablemente el factor que más me indigna.
En el ámbito académico donde se defienden las ideas (incluyendo las económicas), la pauta científica históricamente las marcaron las llamadas ciencias duras. Los economistas aspiraron siempre a tener el prestigio de precisión intelectual de un físico, un biólogo, o algún capo-capón por el estilo. Y para hacerlo se vieron con la necesidad de presentar sus conocimientos como "científicamente verdaderos", o sea, válidos, inmutables. ¿¿¿¿¿QUIÉN CARAJO LOS MANDA????? ¿Qué necesidad hay? Este quizá sea el factor más cultural de todos. Al pretender esto se cae en la paradoja inevitable: una ciencia social como la economía se debe actualizar en tiempo y espacio para no obsolescer. En tanto no se reconozca su esencia y carácter social, se intentan demostrar verdades perennes (!!!) que no tienen por qué ser tales; se excluye a la historia (y a la política) del estudio de esta disciplina y se la pasa a asociar directamente con la matemática, para que de paso se amplíe la distancia entre profanos que no tienen por qué entender de economía... y los intelectuales que "marcan tendencia" de lo que es visto como verdad económica y lo que no.

Vale citar acá palabras de J.K.:
"La separación entre la economía y la política y las motivaciones políticas [...] es una fuente principal de errores y confusiones en la orientación de la economía. Ningún libro sobre historia de la economía puede concluir sin expresar la esperanza de que la disciplina vuelva a unirse con la política para volver a constituir la disciplina más amplia de la economía política. [...] No ver a la economía como una acomodación constante y renuente al cambio es una fórmula segura para la obsolescencia y el error acumulativo. De esto también nos ha contado bastante la historia."

Lo extenso de este punto fue para dejar en claro que es este aspecto el que, para hablar en criollo, más me rompe las pelotas de la corriente clásica. (por si quedaban dudas, lo hacemos explícito)

3) La llamada "fuga técnica de la realidad". El supuesto fundamental de la teoría clásica, a saber: la libre competencia de mercado y todas sus actualizaciones, se presta al refinamiento matemático, al igual que todos los demás supuestos de la corriente. Pero su objetivo es siempre la coherencia interna, y no el correlato con la realidad. Se demuestra válido solo a nivel intra, por una simple razón: la complejidad de la realidad no se presta a la formalización matemática.

4) Y el último factor es respuesta además a cómo esta teoría se mantiene en pie. Sí, los intereses económicos. En la economía moderna, ya no se contraponen primordialmente burguesía y proletariado, sino que la antagonía fundamental es la empresa contra el estado. La importancia de la preservación del modelo neoclásico radica en que, en ese sistema, con el mercado funcionando óptimamente, son los partidarios de la intervención del estado los que se tienen que justificar, y no al revés. Toda intervención será a costa de la empresa económica y menoscabará su autoridad, o su autonomía, en caso que no la reemplace directamente.
Un ejemplo concreto de esta situación es la solución del monetarismo a la inflación: el tan oído ajuste, que se quiere hacer aparentar como socialmente neutral. Lo que se hace es elevar las tasas de interés a cifras excesivamente altas, favoreciendo a quienes se dedican precisamente a prestar plata. Y, oh casualidad, esos son los más opulentos! De cada crisis una oportunidad, ¿no?

En otras palabras, con la supervivencia de esta corriente, se resguardan los ingresos empresarios, ocultando el poder que ejerce como algo natural la empresa, al argumentar en realidad que el mismo pertenece al mercado.

Y así concluimos. Si queda algo por decir es simplemente expresar mi deseo que ESTO SE ENSEÑE EN LA FACULTAD. Y que nos dejemos de joder con la "economía palabra santa" y se escriba sobre esto un poco más en criollo, como Galbraith. Que no va a venir nada mal para despertar interés.

Muchas gracias por leer; a los lectores no económicos más que nada.

sábado, 29 de mayo de 2010

Boletín oficial del 29 de Mayo

Cual ave fénix, cuando se creía que este blog estaba muerto y que nadie podía salvar a la blogósfera de las garras de Némesis, me tomé un síndromedepantallaenblanco-ol, para curarme... el síndrome de la pantalla en blanco (claro).

Empiezo por comentar que en el laburo, estos meses, me trataron como Hiroshima/Nagasaki. De manera absolutamente innecesaria, me explotaron sin dejar rastros de bios en mí. Digo innecesariamente porque supongo que ellos mismos se darán cuenta que hago que laburo y el 50% del tiempo me rasco bastante. Está el point of no return, de ver que tus compañeros de laburo en épocas de ganancias cambian de piel el doble de rápido de lo normal y que bajo sus ojos parece tener lugar el almacenamiento de la casa matriz del Hombre de la Bolsa, junto con todos sus críos Ziploc.
Pero buen, por suerte ese punto sigue eclipsado por sentirse RE vivo disminuyendo la eficiencia y haciéndote el que laburás, total después cobrás lo mismo y sos el más-capito del barrio, bolo!!... hasta que te das cuenta que el kapanga es el que se lleva la torta con la que te garpa <<. En fin, eso en materia laboral. Y ya que estamos, para poner al día de mi agenda a los bloguevidentes, les cuento que en lo tangencial sobre materia académica (!!!), he decidido formalmente que... me cambio a economía.

-Pero, pará.. ¿qué estabas cursando vos?
-Eh, contador público. macri comilón
-Ah, ¿no es lo mismo?
-No, no. De hecho bastante poco que ver.
-Ah, ¿y dónde se da esa?
-En la misma facultad de ciencias económicas.
-Ah, claro, jaja, qué boludo/a.
[basado en hechos reales, Ley 75.420]

La cuestión es que, por suerte, laburando en un estudio contable pude decidir esto a tiempo... aunque de hecho varios me lo habían dicho antes de empezar la facu y el nene no quiso escuchar. "Darse la cabeza contra la pared", como le dicen. Pero contra la pared de la facu.
Si quieren se pueden explayar acerca de esta decisión, dejar su opinión y toda la bola. Tengan en cuenta, únicamente, que quien desee no hacerlo se olvide desde ya de prebendas y sobresueldos que se otorguen desde el ministerio de economía bajo mi dirección.
De las 3 materias a las que me había anotado, tuve que dejar una por tiempo (teoria contable), otra la acabo de dejar porque para economía no me sirve e igualmente no me kbía (admin) y la tercera es derecho de las instituciones públicas, que en la carrera de economía es optativa <<. Pero bue, igual esta materia me está gustando mucho, más allá del esfuerzo por el docente de inculcar el odio en la "melimpioelculoconlaconstitución" Clijjjjtina. Sooo typical de los peronchos históricamente, menoscabar la ley. Así estamos (?). VIVA ILLIA, CARAJO!!!!!

Pero dada la monotematicidad del blog este último tiempo, no se podía esperar un update sin su sesgo político. cobos tragaleche
Quiero comentar, primero y en resumidas cuentas, lo groso de enjuiciar de verdad a Macri, de mandar sopre a Martínez de Hoz y de algunos otros fallos, como éste. Pero sobre todo, pensando en el de Macri, me pongo a pensar qué conveniente que es que los Kirchner sean tan oportunistas y se peleen con indeseables como los nombrados. Porque, no vamos a comernos el sapo de que Oyarbide tiene la verdad justiciera, pero por lo menos sí sirve que por estar claramente a favor de los Kirchner, enjuicie a un "papaenlaboca" como Mauricio. (recuérdese que Oyarbide también consideró que los Kirchner no se habían enriquecido ilícitamente... oh, c´mon!!!).

Tenía ganas de escribir también una propuesta que leí como respuesta en un correo de alguna Barcelona que, creo, le habré prestado a un pardo irresponsable. [Paréntesis: esos tipos son genios del humor escrito violento. No se puede evitar cagarse de risa al leer. Highly recommendable.]
OK, se discutía el asunto del mal menor (temita si los hay), si los Kirchner eran realmente el mal menor y si era preferible apoyarlos antes de la bazofia que potencialmente los reemplace, bla-bla-bla. Y desde Barcelona dijeron:

"...en el programa de Tenenbaum y Zloto (NdE: "Periodistas"), hacían un ejericcio buenísimo: te daban la lista de presidentes de la democracia y te decían que los pusieras en orden, de mejor a peor. Estaría buenísimo que cada uno de los dirigentes y periodistas, antes de hablar sobre cualquier tema, aclaren cómo sería su lista. Para saber dónde está parado cada uno. Y para que, por más que critiques a un determinado gobierno, sepas que pudo haber sido el mejor, menos malo o como quisieras llamarlo"

¿Qué me dicen? Para mí, tan simple como útil. Si quieren pueden dejar su podio.

OK, y como despedida, comento que estoy leyendo un libro esencial para cualquier estudiante de económicas que, no entiendo cómo (según tengo entendido), no es bibliografía obligatoria en la UBA: Historia de la Economía, de Galbraith. Viene a colación (!!!) para hacer la consiguiente encuesta: todo aquel que crea que un post (o los necesarios) sobre el libro pueda ser interesante, grítelo a los 4 vientos!! Y si es posible y pretenden que me entere, además fírmenlo porque todavía no desarrollé capacidades auditivas extraordinarias.

Gracias por su tiempo y disculpe las molestias.

P.S.: para quien crea distinguir mensajes subliminales extraños en el presente post, se aclara que los mismos son fruto entero de su imaginación y que la casa no se responsabiliza por calumnias e injurias.

sábado, 27 de marzo de 2010

Razón de estado

Es muy curioso este concepto y la actualidad que tiene, por más que el origen date de años maquiavélicos (catalogado de los mejores adjetivos por la RAE).

Es simplísimo: subordinar la legalidad a la exigencia política.

Yo el término lo conocía, lo aprendí leyendo justamente alguna crítica a "El Príncipe" de Maquiavelo, si no me equivoco. O en el mismo libro, no sé. Pero lo acabo de leer de vuelta, y con esta definición bien corta y concisa; y es sorprendente la actualidad que tuvo desde que alguien lo habrá inventado (¿Maquiavelo?) hasta ahora. En ese sentido, el Nico debe ser el más clásicos de los clásicos en la política.

Ya lo dije y lo repito: yo sé que mi odio por los peronistas es visceral, lo acepto. Habrá críticas que me nazcan más del alma (o por ahí todas un poco), pero éste tema es típico de ellos.
Empezando por la reforma de la Constitución durante el período de presi de Juan Domingo. No juntaban los votos que la misma Constitución requería para ser reformada y les importó una mierda. Se sostiene en general que esa reforma, de cualquier manera, fue buena. Pero eso es lo que pasa y ahí entra la "Razón de estado" y la disyuntiva de si el fin justifica los medios o no.

Haciendo el paralelismo con hoy en día, supongo que no hay otra cosa mejor (presidenciable) que los Kirchner en este momento (espero que antes del 2011 aparezca). Pero no me puedo olvidar que no dejan de ser peronistas. Y BIEN peronistas. Yo no me trago todos los sapos de este gobierno ni de 6, 7, 8, ni de Página 12 ni de El Argentino.
Aclaré al principio que el balance de las dos gestiones sea, probablemente, positivo. (OK, ahí lo busqué y no lo hice, pero lo hago ahora). Pero ¿cómo puede ser que ante la crítica perfectamente fundada de no seguir los procedimientos que la ley pide, te tilden de agente del monopolio mediático y oligarca gauchocrático? (para exagerar, está claro). (ejemplo del DNU por la deuda, de que el PEN en sí mismo trate la deuda, de la naturaleza impositiva de las retenciones, demás). (está claro, no? que no critico las medidas sino los procedimientos)

Eso, tengo que decirlo, me rompe soberanamente las pelotas. Y es bien típico de los peronistas. ¿Para qué carajo está la ley? Yo también sé que hay que tener mucho cuidado con a quién es funcional uno con lo que dice, piensa, hace, etcétera. Pero eso no te puede hacer jugar sucio. (ojo, por más que Clarín sí juegue sucio y todo lo que quieran eh, acá el enfoque está de este lado).

El debate acerca de "discutir las formas o el fondo" es interesantísimo, en el sentido más abarcativo de la palabra. Porque revela a qué le das pelota y a qué no. Qué te parece importante, qué estás dispuesto a respetar. Si bien lamentablemente hay mucha gente que defiende de verdad a Clarín y todo lo que quieran, hay otros que sí pensamos "entre la garompa de Clarín y el gobierno, me quedo con el gobierno". Pero justamente, ¡es un gobierno, carajo! No se puede "jugar" como una batalla. Para eso están las reglas, y las reglas se llaman leyes. (ok, algunas)

Después se puede discutir la torpeza del gobierno de no haber mandado una reforma para los temas que quisieran cuando tenían mayoría, si total la aprobaban seguro, pero acá el tema de la "inteligencia" del gobierno no lo estoy discutiendo. Yo estoy diciendo que para mí el respeto a la ley es más importante que la "exigencia política", como dice el término "Razón de estado". Por ahora hasta diré que lo es en cualquier caso.

Absolutamente discutible y aguardo críticas. Yo, he hablado.

lunes, 8 de marzo de 2010

1929, la tenés bien adentro - Vol. II

2009, 1929, 1890, 1989, las crisis económicas parecen estar marcadas por el invertidamente diabólico número. Después de, másss o menos, 3 siglos de capitalismo, para decirlo en resumidas cuentas: no aprendimos un carajo.

¿Pero quién se encarga de "aprender" esas cosas? Bueno, ese es el tema, la economía es vieja como Matusalén y recurrente en sus errores como Judas. (no seas necio, hombre, una vez bueno, dos veces ok puede pasar pero negarlo 3 veces? Qué falta de respeto, qué atropello a la razón).

Pero en tiempos de antaño, cuando el homo erectus le cebaba mates a los tiranosaurios, también tenían problemas por el estilo. Y tenían la excusa de no haber experimentado tiempos capitalistas, ni haber podido leer a Friedman ni a Hayek para que le sugirieran catedráticamente qué hacer.
Así es que tenían vía libre para hacer las estupideces más obvias y dejar en la ruina a pueblos enteros. Prueba y error, muchachos, prueba y error. Así se aprende. Pero... todo tiene un límite.

2 - La solución diocleciana

Por el carácter del post no hace falta ni ponerle comillas a "solución". Pero les pongo porque son gratis.
Este tipo fue un emperador romano del siglo III o IV (por ahí) a.C.. Ni él ni los emperadores romanos en general se habían caracterizado alguna vez por sus dotes económicos. Sí políticos, pero la las guerras no matan el hambre.

De hecho el problema era ese, Roma venía de guerras con las cuales il popolo no estaba muy de acuerdo... una economía bastante baqueteada y el imperio en peligro de extinción (greenpeace, teléfono).

Asumió este buen hombre y, convengamos, podría haber optado por la fácil: paredón a quien pasara hambre hasta que alcanzara la comida y "quedábamo´ lo´ mejore´". Una especie de selección `natural´ en la era del arco y flecha. Pero no.
El tipo tenía sentimientos, viejo, ¿qué se creen? Había leído Operación Masacre y visto El diario de Anna Frank. No le kbía el genocidio. Eitherway, de economía, cero.

No se le ocurrió otra mejor que... "imprimir" moneda con valor nominal menor a lo que valía la cantidad de oro de la que estaba hecha. Es como si a uno le dieran 2 pesos por el papel en el que está impreso un billete de 1, sin importar cuánto dijera que valía. Esto es más entendible sin la analogía innecesaria (y sin sentido): uno fundía la moneda, vendía el oro en la casa de cambio/herrería más cercana y, voila, tenía el doble de plata que antes. Con las monedas de oro con la que le habían pagado se iba al microondas de vuelta, las fundía y así sigue el círculo.

La verdad es que, personalmente, no llego a entender cómo alguien creía que algo así iba a funcionar, o iba a levantar la economía. ¿Qué tenía de bueno? Fundir (cuack) a los cambistas del momento, no sé. Kirchner: gravámenes a la renta financiera YA!!! Leete la historia romana y se te prende la lamparita.

¿Por qué el valor por peso del oro no bajaba hasta equilibrarse o ser más bajo que el valor nominal de la moneda? Bueno, esa es una pregunta para la que no conozco la respuesta, básicamente, porque el artículo no la plantea. En una de esas existía el Redrado romano que quería mantener el valor del oro para no perder rentabilidad exportadora, aliado con los Biolcatti del momento que comerciaban esclavos de guerra. No lo sé. (pero qué metáfora más figurativa)

Lo cierto es que al bueno de Diocleciano le fluía la imaginación. No le bastó con la boludez más básica de la economía que había hecho sino que además pretendía controlarla. (epa, me suena conocido). Luego de pasar por la cámara de Diputados y Senadores, se aprobó el "Edict on maximum prices" o, traducido......... ok. Se entendió.

Los empresarios estaban obligados a vender, en la mayoría de los casos, más barato de lo que les costaba producir.
Con los números del IRDEC en la mano, el emperador estaba convencido que todo marchaba sobre rieles. Había hecho oídos sordos a sus consejeros que, en pocas palabras, le habían explicado detalladamente y punto por punto lo estúpido de su política monetaria.

Cuestión, después de algunos meses Diocleciano entendió lo que le querían decir y, no sin argumentar antes "Pero me lo hubieras dicho antes, chambón!!!" se fue sin chistar y cabizbajo a su casa. Era el primer emperador de Roma en irse voluntariamente del trono. Eso lo salvó del desenlace grado "erupción del Etna y el Vesubio juntos" económico que habría tenido.
Pero además, más importante fue el hecho de que varios se negaran a seguir las reglas. En otras palabras, vender más caro de lo que estaba permitido, porque si no no se comerciaba.


Así puede ser explicado un origen de la economía en negro. Ya sea por vender más caro de lo que estaba permitido o (trasladándolo a hoy en día, lo más común) por vender barato por no pagar impuestos o sueldos legalmente. Sí, para algo siempre termina sirviendo el ejemplo histórico.

¿Moraleja? Don Carlos, una víctima del sistema.

Hasta la proximum

jueves, 4 de marzo de 2010

1929, la tenés bien adentro - Vol. I

"5 colapsos económicos más ridículos que este". Ese es el título del artículo de Cracked, el robado del día.

Cracked.com es una página de humor en inglés de la que robó el estilo de escribir Lupine de la internet apesta. (igual un prócer) Los tipos escriben de todo, básicamente porque... saben de todo (o al menos parece). Fuente de la mayoría de mis conocimientos raros, de esos que le gusta escuchar/leer a la plebe (god mode ON). De eso son sus posteos, cosas raras, extrañas, ridículas, en general con mucha historia de por medio y, barcelona style, repartiendo palos para todos lados.

Como de costumbre, me kbió y decidí copiarlo (por lo menos aprecien la traducción).

La cosa es así: por sucesivas quejas catalogables bajo la forma "che, tus posts son mas efectivos que el valium" debido a lo extenso de los mismos, de los 5 ejemplos históricos pienso postear 3 en 3 posts separados, y si se quieren enterar de los otros 2, van al link (que dejo en el último post para no spoilear (?)). Sin más:

1 - El boom del tulipán

El 5to principio básico de la inflación dice que si mucha gente quiere el mismo producto, se crea un fenómeno autosostenido de aumento de precio. Su anexo dice que si además estamos hablando de tulipanes y ENCIMA del 1600 en la tierra endsat jurgen (todo legal en dutch) holandesa, hay un 10% de interés por día. OK, no hay ningún anexo ni tampoco es ningún principio básico con ningún número, pero lo del fenómeno es verdad y se llama build-in inflation. Suele ser por expectativa de creer que "mañana ese producto va a estar más caro", pero buen, en este caso estos tipos jamás en su vida habían visto un puto tulipán y, más allá del precio, no se les ocurrió mejor idea que gastarse el fondo de universidad del nene (más yanki que eso es únicamente kentucky fried chicken y sylvester stallone) en florcitas y más florcitas. Gustos son gustos.

La cosa fue así: Holanda recién descubría el tulipán, supongamos producto de algún marcopolo báltico.. y, como prácticamente cualquier flor, tienen una determinada época del año en la que
se puede plantar. El problema era que... en la otra época no.
Pero los tulipanes resultaban TAN lindos que la gente quería asegurarse que, siendo todavía mala época de cosecha, tendrían su tulipán cuando fuera la temporada del fruto.

Ni lentos ni perezosos, los proveedores de tulipanes empezaron a vender pagarés de tulipanes. Sí, como lo leen... Cuando fuera la temporada serían cambiados por la flor, pero... todavía quedaban varios meses para seguir comprando y comprando pagarés y.. bueno, como resulta obvio, inflar los precios.

No hacía falta que pasara mucho tiempo para que alguien parara la bola, producto de los precios RIDÍCULAMENTE altos que se pagaban. Un bulbo de tulipán llegaba a valer 10 veces el salario anual de un artesano bien calificado de la época (mucha precisión como para no desconfiar de las fuentes, no?..). A ver: SALARIO ANUAL DE DIEZ AÑOS.

OK, lo cierto es que en los primeros meses de 1637 (de vuelta, donde carajo consta eso?) todo tomó proporciones normales... lo que quiere decir que un tulipán ahora valía un precio razonable y no lo que los pagarés decían que valían. Pero, obvio, no existía el "liqui" todavía para borrar la tinta de los papelitos, así que...

Sí, así que familias enteras habían comprometido sus ahorros por, ahora, lo equivalente a un mate cocido con el saquito roto y yerba pululando por toda la infusión.

Durkheim mismo afirmó que la tasa de suicidio en dicho momento igualó a la de un domingo sin fútbol, y/u/o su equivalente de mirar a Ricky ricón Fort durante más de 10 minutos DIRECTO a su mentón.

Una debacle económica home-made y la anécdota de la historia: los tulipanes, declarados flores no gratas en Holanda.

domingo, 21 de febrero de 2010

De la historia conocida... o por conocer

En el posteo de la fecha, decidí rescatar un libro que terminé hace un par de meses y me gustó muchísimo. Es un libro que ya nombré en alguna otra oportunidad, pero como el público se renueva, voy a decir nuevamente que se llama "La formación del Estado argentino", de Oscar Oszlak.

El título es bastante claro: Oszlak analiza cómo se formó el Estado a lo largo (y sobre todo en la mitad, o un poco después) del siglo XIX, los puntos clave, las figuras clave, leyes, batallas, mecanismos de represión/consenso, burocracia, "partidos", impuestos, etcétera. El libro es bastante técnico, pero leyendo 2 o 3 veces lo que sea necesario se entiende perfectamente.

Y como ¿buen? estudiante de contabilidad, la parte que a mí más me llamó la atención fue la de los impuestos. Más que nada, y acá viene lo interesante, para darnos cuenta que la historia tiene ciertas máximas ahistóricas; o si se quiere, que la historia varias veces (al menos) parece ser cíclica. Pero fundamentalmente, para entender que hay problemas que vienen de hace tantos años como el período que estudia el libro. Que a Biolcatti y sus amigotes ahora les conozcamos la cara, y no la careta, no es nada nuevo y es algo de lo que no deberíamos sorprendernos, porque en la base y los orígenes mismos del país eso se pensó de esa manera. Y lo mismo va para otros fenómenos que subsistieron estos 150 años, entre los cuales se destacan el caudillismo y la tributación bizarramente regresiva. Que esas cuestiones tan arraigadas (e igualmente perjudiciales) no se puedan erradicar es lo que nos debería dar bronca. ¿O sí se pueden? Bueno, para ahí se tendrá que ir, el asunto es que para desacostumbrarse a basuras como esta y que a uno no le parezca todo natural, hay que leer, escuchar, o de alguna manera conocer nuestra historia.

Y para ir más lejos todavía, como todo tiene que ver con todo, con el tema de la deuda, ya abordado en este blog, nos vamos a ir un poco más atrás de donde empezó el análisis en ese otro post, para destacar a Oszlak comentando que el "financiamiento extraordinario" (lo cual es una fancy way de decir "deuda") en momentos de gestación del estado sirvió como sustento único e irrevocable para defender los intereses de los estancieros y ganaderos mediante un mecanismo que les transcribo acá más abajo.

Pero no tienen por qué creerme a mí, para eso tengo al autor robado de turno, que en este caso me avalará con párrafos de su libro ciertas cuestiones de las que resumí arriba.

1) Primero lo primero: cómo se los eximía a la clase alta de aportar a los recursos ordinarios del estado, mediante la contracción de deuda.

"Debe señalarse también que en la medida en que el financiamiento extraordinario se incorporó al presupuesto como fuente regular de recursos, se hizo innecesaria una drástica modificación de la estructura tributaria que habría afectado, sin duda, a los sectores económicamente dominantes. Por el contrario, el mayor peso de la imposición se trasladó a los gravámenes sobre las importaciones -que en última instancia afectaban al consumo-, aliviando simultáneamente la tributación sobre las exportaciones, que empezó a representar una proporción decreciente dentro del cuadro de recursos fiscales.

Yo, insisto, no efectivizo (al menos no en esta oportunity) ningún juicio de valor sobre los políticos de ese entonces, sino que pongo foco en cómo persistieron esas situaciones visiblemente injustas a lo largo de la historia. Ningún estado de ningún país surgió sin empezar por concentrar el mayor volumen posible de comercio/poder en manos privadas. Por ahí esa condición es inherente, no tengo idea, pero no puede ser que subsista 150 años como modelo de país.

2) ¿Por qué digo que no juzgo a los políticos de ese entonces (al menos no todos los aparentemente responsables)? Porque Oszlak también marca una verdad interesante, de alguna manera la contrapartida del punto 1:

"Si bien apelar al financiamiento extraordinario representó el medio más eficaz para conjugar el recurrente déficit presupuestario derivado de una situación de guerra casi permanente, la posibilidad de acceder a ese tipo de recursos fue consecuencia directa del extraordinario auge de la actividad económica (promovido a su vez por la contracción de esta deuda*) y, aparente paradoja, del fuerte incremento de las rentas tributarias que acompañó este proceso. Con una economía abierta, cuyas importaciones dependían de su capacidad de exportar, cuyas rentas fiscales eran función del volumen de sus importaciones y cuyo crédito público estaba supeditado a la magnitud de sus rentas, la Argentina redescubría uno de los mecanismos fundamentales de la acumulación."

*La nota entre paréntesis es mía. Esta es una visión optimista de la concepción de la "buena deuda", quizá hasta la necesaria (no lo sé) en condiciones de formación del Estado. Complementando y más resumidamente:

"Las rentas ordinarias, como su nombre lo indica, sólo habrían bastado para llenar los gastos normales, del funcionamiento cotidiano del aparato estatal. El financiamiento extraordinario abrió nuevos rumbos, sirvió para afrontar proyectos antes no intentados, fue un instrumento de condensación del tiempo histórico."

Para sumar, Oszlak cita al ministro del interior del momento, Rawson, cuyas palabras valen citar acá también por la honestidad e inteligencia del tipo:

"Estas consideraciones han sugerido al gobierno la idea de asociar el porvenir a los gastos de este género, que son por su naturaleza reproductivos, y cuyos beneficios han de ser principalmente disfrutados en lo venidero. No es justo que el presupuesto ordinario cargue solo con tales sacrificios: al contrario, parece equitativo que los presupuestos del porvenir ayuden al presente a sobrellevar el peso de aquellos esfuerzos que se destinan principalmente para el futuro. Esta doctrina es más aplicable que en ninguna parte en pueblos nuevos como el nuestro, cuya renta es reducidísima, pero que están destinados a desenvolverse con asombrosa rapidez por medio de la acertada aplicación de sus fuerzas vivas."

El pequeño detalle que se le escapaba a Rawson era que los encargados de llevar a cabo "la acertada aplicación de sus fuerzas vivas" no siempre lo harían como él se lo imaginaba.

Como último pasaje de este punto, se puede argumentar en favor de la contracción de deuda el siguiente razonamiento que hace Oszlak. El pasaje es demasiado técnico, así que resumido dice que si el Estado quería autofinanciarse tenía que implementar un sistema tributario que cumpliera con las dos siguientes premisas:
a) que no le quitara demasiado a las manos privadas que posibilitaban el auge de la economía
b) que a su vez les quitara lo suficiente como para redistribuirlo a las clases más pobres para que, mediante el poder de compra, hicieran posible esa acumulación de capital por parte de los productores.
Ante una tributación interna "verde" y por sus escaso movimiento y magros recursos, incapaz de cumplir esas dos premisas simultáneamente, la solución de halló en el financiamiento extraordinario.

3) Como tercer punto, cito a Oszlak en un tema que siempre me dio ESPECIAL bronca: el del caudillismo. Por lo oportunista, por lo aprovechador, por lo hipócrita. En su momento se podía entender más: el aparato burocrático del virreinato del río de la plata español era pobre y era más que lógico que el ámbito de política fuera cada provincia por separado, por lo menos hasta que se formara un estado nacional. Pero hoy en día (insisto con eso) siguen existiendo esos apellidos de mierda que gobiernan por 40 mil años la misma provincia y para eso cito el siguiente y corto pasaje:

"De este modo, así como la provincia fue la creación del proceso independentista -un sustituto del Estado colonial desaparecido-, el caudillismo fue un sustituto de la democracia asociada al movimiento libertario. Fue la modalidad que asumió localmente la representación del pueblo, en un pueblo que desconocía la práctica democrática."

4) Y last but not least, varios pasajes para evidenciar el carácter conspirativamente regresivo del sistema tributario que se gestaba. De perlita, las quejas de federaciones sindicales cuando todavía eran honestas.

"En 1887, un diputado por Santa Fe consideraba excesivo el otorgamiento de primas de garantía a la producción ganadera votadas por el Senado, [...] sugiriendo límites a las ventajas propuestas para el sector ganadero en beneficio de los derechos a las importaciones y defendiendo los intereses de los consumidores. [...] "¡Pues los intereses de todos los consumidores de la República, que son los intereses del pueblo, que son los intereses democráticos, han de quedar subordinados a los intereses de un gremio especial de productores!"

"En 1890, la primera federación sindical del país elevó un petitorio al presidente de la República: [...] "El sistema fiscal, señor Presidente, creado en provecho de la clase alta..., estrangula literalmente a los miembros de la clase media y daña gravosamente a la clase proletaria, que forman los 98% de la población total del país. El obrero... se da perfectamente cuenta del por qué la ginebra que es bebida del hombre pobre, paga un derecho de 30 centavos el litro, o sea 190%, y el champán, que consumen solamente los miembros de la clase alta, no paga más que 25%...""

"De desigual e injusto calificaba Ernesto Quesada al sistema tributario, mientras que Frers (Emilio Frers, miembro en ese entonces de la comisión revisora de leyes aduaneras*) lo consideraba atentatorio del bienestar de los sectores populares. Hasta el diario La Prensa denunciaba la inconveniencia de un adicional sobre las importaciones, aduciendo que provocaría el alza de los artículos de consumo generales, el empobrecimiento de las fuerzas de la producción y la aceleración de la corriente emigratoria que no cesaba desde hacía tres años."

*Lo que está entre paréntesis es mío, este tipo escribió un montón sobre el tema y otros análisis sobre diversis problemas de la época también

"[...] No existe ningún impuesto compensador que permita aliviar la carga de las clases pobres. Estas están abrumadas por los impuestos de consumos, y por la vida cara que resulta. En la Argentina se llega al colmo de la injusticia: se tiene una imposición progresiva al revés. La carga de los impuestos es relativamente tanto más pesada cuando el individuo es más pobre y está mas cargado de familia. He ahí uno de los vicios radicales del régimen fiscal argentino; por el que la reforma es urgente"

Estas son palabras de Gastón Jeze, un jurista francés que "de pasada" en Argentina en 1923 escribía esa observación desde su más rigurosa cientificidad financiera. 1923, y la tributación argentina se fue haciendo cada vez más regresiva con los años.

Por último, la reflexión con forma de razonamiento deductivo de Oszlak:

"Si la recaudación ordinaria es el factor clave de la viabilización del Estado, y si éste es a su vez el principal garante y articulador de un sistema económico que promueve un espectacular proceso expansivo, el "progreso" pasa a depender fuertemente de la capacidad extractiva del Estado. Pero si las fuentes de esa extracción están fundamentalmente constituidas por el consumo de los sectores populares, se deduce que el "costo del progreso" es soportado crecientemente por los ingresos de dichos sectores."

Oscar: más claro echale agua.

Muchas gracias por leer y espero que haya salido bueno.

lunes, 15 de febrero de 2010

Oda a Mario Bunge

Barrrrrrrrrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?

Toda la vida quise expresar mi falta de consideración de la psicología como ciencia. Es decir, toda la vida lo quise hacer con fundamentos. Hasta entonces, el interlocutor se tenía que conformar con un "vos no entendés nada... el mundo no está preparado para que alguien como yo critique la teoría de un judío comilón". Hasta que se iluminó el monitor y apareció en mi pantalla como por arte de magia (por si pregunta el jefe) la crítica de Mario Bunge hacia el psicoanálisis y la psicoterapia. Este tipo me leyó la mente (50 años adelantado).

Así debe pasar con varios temas y uno ni enterado. Es más, por ahí Bunge de chiquito esto lo leyó de otra persona, como podría ser perfectamente el Martín Fiero. Y este, por ahí, de los vikingos. Y ellos, de Carlomagno. Y el Carlo, quién sabe, de los griegos. Los griegos de los egipcios. Y los egipcios de Bunge, que se había dado una vuelta por el 4000 a.C. con su máquina del tiempo. Así que, admitámoslo, tenía todo el derecho de arrogarse la crítica como propia. ¡¡¡3 hurras para Bunge!!! Hip-hip...

Okok, sigo laburando.

domingo, 24 de enero de 2010

La historia en frases - Vol. III

Si algo me ha enseñado el cine es que dejar una trilogía sin III es un pecado comparable a ponerle mayonesa a la tira de asado, o queso a la sopa. Así es que aparezco, tarde pero seguro, para darle cola a esta secuencia que inicié hace un tiempo ya y que había abandonado (let´s face it) por el ardor juvenil del facebook.

Bah, para ser justos, también consumieron en total 3 semanas las vacaciones: 2 de vacaciones propiamente dichas y 1 de no-ganas de postear por (vamos en orden): inflamación de ganglios, anginas, placas, muela de juicio, dolor estomacal y llagas varias. De los cuales los 3 últimos siguen rompiendo las pelotas.

Pero vamos a lo nuestro: frases que valga la pena volver a leer. Frases nuestras, de nuestra historia, por ahí las de hoy historia no tan pasada.
No es que crea que una frase describe 100% a un tipo pero sí lo pinta en algún aspecto que probablemente no haya querido dar esa apariencia. Y se le escapó porque se lo preguntaron hábilmente o la situación lo llevó a un grado de honestidad inédito; o simplemente por su locura como los anteriores, Menem y Cavallo.
Y en otros casos, obvio... en varios otros casos, de hecho, el que lo dice realmente lo cree, no fue por la situación ni nada; y la frase sirve de buen resumen.

En fin, a los hechos:

1 - "Por cada uno de los nuestros que caiga, caerán cinco de ellos". Maaamita, si empezamos así. La tabla del cinco peronista. Conocida frase de Perón que forma parte en realidad de un discurso entero muy violento en el ´55, cuando los militares y la iglesia ya no le pisaban los talones, sino que lo volteaban definida y conjuntamente. Por ahí el discurso más violento de Perón. No había mucha otra manera de contestar a estos dos bebés de pecho aliados en realidad, pero así como se dice esto hay que decir también que él se la buscó solito. Conocía a la iglesia y por alguna razón (por ahí porque era la única institución con poder que le quedaba controlar/destruir... se me ocurre) decidió hincharle los huevos. Fue lo último que hizo.

2 - Para un borracho, veamos esta doble: "Las urnas están bien guardadas", Galtieri en el ´81. "Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla", Galtieri en el 82. Para la primera mucho no hay para decir, este tipo era de los militares más cararrotas y en general no mentía ni iba con vueltas.
Para la segunda, se puede decir que en ese aspecto es un estereotipo del militar: el chabón que está orgulloso de su institución y se le va a plantar de igual a igual a, por lo menos, una de las 3 potencias militares más grandes del mundo. Uno podría pensar que Leopoldo Fortunato vivía en una burbuja, pero me inclino más a pensar que le chupaba un huevo perder la guerra y la gente que muriera luchando.

3 - "Los argentinos somos derechos y humanos", slogan de Videla y el gobierno en el ´79 para zafar de la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a la Argentina. Esta es de las que más me da bronca leer/escuchar, personalmente. Este era otro tipo de militar: el cararrota, mentiroso, cínico y todo lo que ya conocemos de Jorge Rafael. Da bronca leerla por ahí por cómo uno siente que le meten el dedo en el culo. Podés decir varias cosas aún siendo el sorete que sos, pero ¿eso?

4 - "No ahorre sangre de gauchos, mi general, que es lo único que tienen de humano", Sarmiento en algún momento entre el ´65 y el ´70. Bueno, un poquito de historia. No sé exactamente cuándo fue la frase pero la acoté a esas fechas porque fue en contexto de Guerra del Paraguay. Sarmiento le pedía a Mitre (presi de la república) que los mandara al frente en las batallas del Paraguay, así mataban dos pájaros (o gauchos) de un tiro y ni gastaban en la bala. Carne de cañón, lo que se dice.

5 - "Para mí habría que haber fusilado en la cancha de River con Coca-Cola gratis y televisándolo", Horacio Mayorga en el ´85. Este tipo era un contraalmirante en ese momento y hoy en día está enjuiciado también por la Masacre de Trelew. La frase es bastante elocuente, mucho epílogo no necesita. Lo único: las lágrimas de Crónica porque eso no pasó. Habrían aparecido al otro día en la San Martín baja con camiones de coca y las cámaras. Y supongo que hasta algo de rating habrían tenido.

6 - "Hay que meter bala a los delincuentes", Carlos Ruckauf durante su gestión entre el ´99 y el 2001 como gobernador de Bs. As.. Es loco, casi nunca se escuchaba a un civil que se le escapara una barbaridad así. Y de hecho muy recordado el episodio no es. Pero buen, sirve de recordatorio para cuando Scioli pida leyes más duras o baje la ley de imputabilidad. Ojo con eso.

7 - "Nada de lo que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado", Roberto Dromi. Jaja, esta es buenísima, la tendría que haber metido en el post anterior pero... sinceramente, no me di cuenta. De frente, un buen resumen y para que no lo jodan más preguntando qué iba a privatizar y qué iba a dejar en manos del Estado. La lógica ilógica.
Estos nombres, si bien son menos conocidos, también es bueno tenerlos de vista, conocerlos o haberlos escuchado/leído. Roberto Dromi fue más o menos el que se encargó de todas las privatizaciones de la época de Menem. Era Ministro de Obras y Servicios Públicos... sí, "Públicos". Parece un error, pero buen, no daba cambiarle el nombre al ministerio.

8 - Y cerramosssss... con la frutilla del postre. "Los invito a mirar el color de la piel de los que están haciendo la protesta", Biolcatti, 2008. Una pinnnturita (negra). Sinceramente no me acordaba de haberla escuchado, la leí y todavía no pude encontrar exactamente de qué protesta hablaba, pero asumo que sería alguna de D´elía en el momento que estaban on fire las marchas campo - gobierno. No me animo a decir que la mesa de enlace es toda igual, pero que los encabeza esta mierda es un hecho. Me cuesta creer cómo la gente decente del campo no dice nada sobre este tipo, o por ahí lo dice y no sale en los diarios o no nos enteramos... también es probable.

En fin, eso fue todo y me leen la próxima. Gracias.