domingo, 13 de junio de 2010

Essay on political economy

"La fuerza de los conceptos clásicos, como hemos observado, proviene del servicio que prestan a los intereses creados y a los intereses profesionales cuyo poder creía Keynes inferior al de las ideas. Cuando contemplamos el futuro de la economía, lo primero que debemos destacar es el persistente triunfo de la teoría clásica."

Con este pasaje del anteúltimo capítulo de "Historia de la Economía" (John Kenneth Galbraith) se abre este post. El autor se pregunta cómo es que la teoría clásica sobrevivió tantos años y, aún hoy, sigue renaciendo con renovado prestigio e importantes exponentes, siendo que es VISIBLEMENTE insostenible y claramente inconsistente.

Primero, veamos cómo argumenta Galbraith en contra de esta corriente. Teoría clásica, neoclásica, monetarismo, liberalismo, neoliberalismo. En términos económicos vamos a asumir que son todos sinónimos.

1) Falacia de la composición: citando a Adam Smith, se demuestra cómo se intenta trasladar el carácter prudente de "nunca fabricar en casa lo que le salga más barato comprar [...] y lo que es prudente en una economía doméstica, difícilmente pueda resultar insensato en la de un gran reino". En palabras de Galbraith y refutando a A. Smith, una sabia política pública, con toda su diversidad de necesidades y con toda su complejidad, no tiene por qué coincidir con las reglas que rigen a una familia.
A esto refuerza el autor cuando dice (por el final del libro) que "en la economía moderna la producción es importante, no por los bienes que produce, sino por el empleo y por los ingresos que proporciona", dándole la razón en ese sentido a Keynes. Aunque por ahí el lord se haya ido un poco a la mierda al declarar (según mitos) que "el estado tiene que emplear a un tipo para que haga un pozo... y a otro para que venga atrás y lo tape" (genio de la eficiencia).

2) La inexistencia de una teoría sobre las depresiones: la teoría clásica, por su naturaleza, excluye las causas relevantes por las que se podría provocar una depresión. Ergo: imposible que pretenda explicarlas y obviamente mucho menos subsanarlas. Si la ley de Say dice que nunca se pueden almacenar mercaderías sin vender, ¿por qué habría de producirse una crisis (deflacionaria)?

3) En situación de explicar los resultados en tanto ideas económicas y consecuencias económicas (¿el huevo y la gallina?) de la Gran Depresión, Galbraith muestra que es terminante la baja aceptación que tiene el sistema neoclásico en los países supuestamente exponentes del mismo. Por ejemplo: subsidios, aranceles, etc. "...la historia de la economía en tiempos recientes demuestra bien a las claras que el sistema clásico de mercado ya no se tolera ahí donde se presenta en su forma más pura", refiriéndose a Suiza, Austria, Japón, E.U., UE, etc.

Estos son algunos, o los más claros argumentos "objetivos", si se quiere, que se exponen contra la teoría clásica. Acto seguido: lo más natural sería preguntarse cómo carajo es que sigue teniendo vida y se sigue renovando una corriente que; actualizaciones más, actualizaciones menos, no sale del marco conceptual que la vio nacer y que es precisamente el elemento más atentatorio contra su consistencia. Como la respuesta pareciera bastante cantada, nos preguntamos entonces también qué otros factores ayudan a esta inconsistencia de la corriente. Galbraith, ¿qué tenés para decir?

1) El compromiso de los intelectuales con los dogmas establecidos. Interesante la aparición acá de la palabra "dogma", para denotar (epa!) con la mayor claridad el velo cuasi-religioso que existe sobre esta corriente. En otras palabras, es la simple reticencia al cambio. A reconocer que lo que uno aprendió estaba mal (porque, recordemos, la enseñanza básica generalizada pertenece a la teoría clásica).

2) La pretensión de considerar a la economía una ciencia. Acá me quiero detener, porque es probablemente el factor que más me indigna.
En el ámbito académico donde se defienden las ideas (incluyendo las económicas), la pauta científica históricamente las marcaron las llamadas ciencias duras. Los economistas aspiraron siempre a tener el prestigio de precisión intelectual de un físico, un biólogo, o algún capo-capón por el estilo. Y para hacerlo se vieron con la necesidad de presentar sus conocimientos como "científicamente verdaderos", o sea, válidos, inmutables. ¿¿¿¿¿QUIÉN CARAJO LOS MANDA????? ¿Qué necesidad hay? Este quizá sea el factor más cultural de todos. Al pretender esto se cae en la paradoja inevitable: una ciencia social como la economía se debe actualizar en tiempo y espacio para no obsolescer. En tanto no se reconozca su esencia y carácter social, se intentan demostrar verdades perennes (!!!) que no tienen por qué ser tales; se excluye a la historia (y a la política) del estudio de esta disciplina y se la pasa a asociar directamente con la matemática, para que de paso se amplíe la distancia entre profanos que no tienen por qué entender de economía... y los intelectuales que "marcan tendencia" de lo que es visto como verdad económica y lo que no.

Vale citar acá palabras de J.K.:
"La separación entre la economía y la política y las motivaciones políticas [...] es una fuente principal de errores y confusiones en la orientación de la economía. Ningún libro sobre historia de la economía puede concluir sin expresar la esperanza de que la disciplina vuelva a unirse con la política para volver a constituir la disciplina más amplia de la economía política. [...] No ver a la economía como una acomodación constante y renuente al cambio es una fórmula segura para la obsolescencia y el error acumulativo. De esto también nos ha contado bastante la historia."

Lo extenso de este punto fue para dejar en claro que es este aspecto el que, para hablar en criollo, más me rompe las pelotas de la corriente clásica. (por si quedaban dudas, lo hacemos explícito)

3) La llamada "fuga técnica de la realidad". El supuesto fundamental de la teoría clásica, a saber: la libre competencia de mercado y todas sus actualizaciones, se presta al refinamiento matemático, al igual que todos los demás supuestos de la corriente. Pero su objetivo es siempre la coherencia interna, y no el correlato con la realidad. Se demuestra válido solo a nivel intra, por una simple razón: la complejidad de la realidad no se presta a la formalización matemática.

4) Y el último factor es respuesta además a cómo esta teoría se mantiene en pie. Sí, los intereses económicos. En la economía moderna, ya no se contraponen primordialmente burguesía y proletariado, sino que la antagonía fundamental es la empresa contra el estado. La importancia de la preservación del modelo neoclásico radica en que, en ese sistema, con el mercado funcionando óptimamente, son los partidarios de la intervención del estado los que se tienen que justificar, y no al revés. Toda intervención será a costa de la empresa económica y menoscabará su autoridad, o su autonomía, en caso que no la reemplace directamente.
Un ejemplo concreto de esta situación es la solución del monetarismo a la inflación: el tan oído ajuste, que se quiere hacer aparentar como socialmente neutral. Lo que se hace es elevar las tasas de interés a cifras excesivamente altas, favoreciendo a quienes se dedican precisamente a prestar plata. Y, oh casualidad, esos son los más opulentos! De cada crisis una oportunidad, ¿no?

En otras palabras, con la supervivencia de esta corriente, se resguardan los ingresos empresarios, ocultando el poder que ejerce como algo natural la empresa, al argumentar en realidad que el mismo pertenece al mercado.

Y así concluimos. Si queda algo por decir es simplemente expresar mi deseo que ESTO SE ENSEÑE EN LA FACULTAD. Y que nos dejemos de joder con la "economía palabra santa" y se escriba sobre esto un poco más en criollo, como Galbraith. Que no va a venir nada mal para despertar interés.

Muchas gracias por leer; a los lectores no económicos más que nada.